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Orígenes


El proceso denominado vermiestabilización o vermicompostaje está referido a la digestión y manipulación de la materia orgánica por las lombrices. Ya en el antiguo Egipto se las consideraba un animal sagrado y se castigaba severamente al que dañara una lombriz, pues era conocida la importancia que tenían en la fertilidad de los suelos. Igualmente griegos y romanos eran conscientes de la relación de las lombrices y los suelos fértiles. Pero sería Charles Darwin el que explicó la función de estos organismos publicando en 1881 el libro La formación de la tierra vegetal por la acción de las lombrices. A partir de aquí se desarrollaría la lombricultura como método para conseguir sustratos con mayor poder fertilizante.
Este proceso ha sido desarrollado desde hace años de forma rudimentaria en Filipinas, China y diversos países del sudeste asiático, así como de centroamérica y sudamérica. Desde hace años estas técnicas se realizan en Europa (Gran Bretaña, Holanda e Italia), con la innovación del aprovechamiento del producto final como fertilizante y sustrato en la horticultura. El primer acercamiento a la posibilidad de usar a las lombrices para la transformación de residuos orgánicos corresponde a Watanabe y Tsukamoto en 1976, y la primera vez que se experimentó con lodos de depuradora urbana fue en 1977 en la Universidad de Nueva York.

Una definición

Se podría definir el vermicompostaje como un proceso de bioxidación y estabilización de la materia orgánica, mediado por la acción combinada de lombrices de tierra y microorganismos, del que se obtiene un producto final estabilizado, homogéneo y de granulometría fina denominado vermicompost. Como en todos los tratamientos biológicos referidos a la gestión de residuos orgánicos se trata de procesos que ocurren en la Naturaleza de forma habitual y con los que se cierra el ciclo de la materia orgánica. Por tanto si se pretende entenderlos y aplicarlos es necesario conocer los organismos implicados y sus características y necesidades.


lombriz



Sus ventajas derivan del aprovechamiento del comportamiento de las lombrices de una forma directa, como es su alimentación detritívora y desplazamiento por galerías; e indirecta, con una estimulación de la actividad microbiana, que se ve favorecida por la transformación mecánica del residuo al pasar a través del sistema digestivo de la lombriz, produciendo un desmenuzamiento y una reducción del tamaño de las partículas. Esto supone una mayor superficie de las partículas orgánicas lo que facilita su degradación por los microorganismos. Esta acción conjunta de lombrices y microorganismos intensifica la descomposición de la materia orgánica. Hay que tener en cuenta que las lombrices obtienen su alimento de la multitud de microorganismos que se desarrollan en el suelo o en la materia orgánica en descomposición, al no poder asimilar la mayoría de los nutrientes orgánicos no celulares. Durante el vermicompostaje, además de microorganismos, las lombrices se alimentan de compuestos parcial o totalmente degradados de los residuos orgánicos, convirtiendo la materia orgánica en un humus aeróbico utilizable en horticultura. Además de estos microorganismos, en numerosas ocasiones se puede dar una acción conjunta de las lombrices y microorganismos junto con otra microfauna del suelo como son ácaros, enquitreidos, colémbolos,...